18.8.09

Historias de Plinio. Diario de un vendedor de postales

Hola, me llamo Plinio y no soy un escritor de la antigüedad ni un famoso naturalista romano. Simplemente me llamo así por una de esas decisiones de última hora que a veces tienen los padres jóvenes excesivamente originales.
Podría empezar como en Oliver Twist: Nací, crecí... pero creo que me saltaré todos esos años de infancia y adolescencia para llegar al día de hoy. Soy un vendedor de postales, no es que trabaje en un quiosco o en una papelería vendiendo otra serie de cosas, no, trabajo en una tienda donde se venden postales. Sin embargo no son simples trozos de cartón con una foto plastificada; cada una tiene una historia que contar ya que el material con el que trabajo es material usado. El dueño de la tienda, no me preguntéis como, trae cada semana un baúl lleno de postales de todo el mundo, de todas las épocas y de todos los tamaños. No sé de dónde sacará León (que así se llama el propietario)tal cantidad de postales y probablemente nunca me lo cuente ya que es un hombre bastante reservado y cascarrabias.
Me temo que el negocio no es muy boyante y de milagro salen personas llevándose una de nuestras postales. Lo habitual es que entren curiosos, lean unas cuantas y se marchen por dónde han venido; creo que este negocio tiene pinta de durar muy poco. Los que se llevan algo suelen ser tipos con pinta de gustarles las antigüedades extrañas, yo me pregunto ¿A quién le puede interesar postales de otras personas?

Personalmente le voy a sacar algo de provecho y a partir de mañana os traeré algún ejemplo para que podaís haceros una idea.

Un saludo de Plinio

1 comentario:

  1. Veo q son muy curiosas las historias q Plinio nos cuenta q lee en esas postales tan diversas y curiosas. Estoy encantada de poder leerlas.

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