11.4.11

Canción de Hielo y Fuego 1: JUEGO DE TRONOS

Hace muy poco tiempo me planteé un desafío muy sugerente, esto es, leer primera parte de Canción de Hielo y Fuengo en tan solo un día. Lamentablemente mi apuesta se fue al traste. Dicho texto es complejo y mi lectura es demasiado lenta como para abarcar las setecientas y pico páginas en una sola jornada. Pero lejos de abandonar la idea he pasado cuatro días de intenso fervor literario casi sin descanso. El reto se fue convirtiendo en una sorprendente conversión a esta pequeña fe que ha creado George R. R. Martin.

Podría, en primer lugar, establecer una comparativa innecesaria con otra obra que ha generado adeptos de gran intensidad como puede ser Harry Potter o El Señor de los Anillos. Pero prefiero mantenerme (de momento) al mrgen de consideraciones de ese tipo. Así pues empezaré preguntándome qué es Juego de Tronos. Salvando obviedades como ''es una novela de aventuras e intrigas medievales dentro de un contexto fantástico'', quisiera apuntar que formalmente este ejemplar (y sus consabidos volúmenes) se acerca más a un formato televisivo que a uno propiamente literario. Diurante el desarrollo de la acción asistimos no solo a episodios bien definidos y construidos para que se encuadren dentro de una trama común sino que los hechos importantes y sorpresas que se desencadenan funcionan de una manera similar a los ''ganchos'' que se pueden ver en las series de televisión. Indudablemente se nota que el autor ha trabajado dentro del medio audiovisual durante años y se deja ver la influencia que éste ha dejado en él. Por otra parte su gran virtud es la creación y desarrollo de unos personajes muy bien construidos y que vemos evolucionar de forma natural en una esructura episódica que nos ofrece sus puntos de vista, su personalidad y sus motivaciones. Juego de Tronos da en el clavo a la hora de tener al lector enganchado no sólo a una trama o a una construcción dramática, sino a unos personajes a los que odiamos, amamos o símplemente nos inspiran una curiosidad extraordinaria.

En cuanto al ''universo'' de Canción de Hielo y Fuego, no estamos ante la meticulosa construcción que hace Tolkien en razas, y edades o a la estructuración escolática de Rowling, George R.R. Martin nos ofrece la visión ética de sus protagonistas a través de diferentes casas familiares y órdenes, aun así dicha ética ''común'' estará sometida al desarrollo de cada personaje. Otro de los retazos de la mitología de esta obra es la sutilidad con la que el autor maneja el pensamiento mágico, que (al menos en esta primera parte) asoma tímidamente en contadas ocasiones pero cuya fuerza es innegable y su relevancia en algunos casos genera mucho más interés que en otras obras donde constantemente somos partícipes de la presencia de lo sobrenatural o lo maravilloso. Por otra parte, en ocasiones la descripción de la vida de los personajes está un tanto dislocada en cuanto a la época que se nos intenta transmitir, y da la impresión que creador ha optado por la intensidad dramática de lo que conoce en vez de realizar una investigación exaustiva de algunos modos de comportamiento más acordes con el tipo de época mitologica que describe (al fin y al cabo, no deja de ser un mundo creado y esa clase de licencias son totalmente lícitas).

Literariamente la novela está escrita con sencillez y un estilo fluido que ayuda a digerir la excesiva enumeración de dinastías, caballeros, damas, reyes principes y distintos personajes que pueblan la ficción. Desde luego un estilo más ampuloso o esteticista haría intragable una narración así. Quizá el único de los incovenientes que adolece la prosa de George R.R. Martin es el de confundirte con ese desfile de nombres y apellidos que en ocasiones mezcla como si de una sopa de letras se tratase, llegando a variar (ligeramente) los nombres de los personajes y haciendo que el lector deba estar atento en todo momento (quizá le funcione como estrtegia pero también puede ser una pequeña trampa para que su estilo sencillo esté un tanto almoadillado por su capacidad mareante).

No es una obra maestra de la literatura, desde luego, pero si que supone una sorprendente y madura construcción de un universo fantástico sin apenas remilgos morales ni supeditación editorial a un público juvenil. Sin embargo estamos ante una pieza muy muy pero que muy golosa para el prototipo de fan friki que hará lo posible por hallar en cualquier aspecto de su vida una referencia a Juego de Tronos, y que los Otros se me lleven si no soy uno de ellos.

Este post está dedicado a todos mis amigos de Terrazonia sin  los que mi vida sería símplemente normal.

3 comentarios:

  1. Muy buena reseña señor Navarro, me consta que su amigos también han acogido la crítica con buenos ojos. Enhorabuena.

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  2. gracias por la dedicacion, señor dundark¡¡¡ espero disfrute con los numerosos libros que aun le quedan por leer y lo pase muy bien.

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  3. Muy bien rey!! totalmente imparcial y sin desvelar nada. Muy acertada la descripción del tipo de literatura empleada.

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